Tuesday, September 8, 2009

EL GPS que todos llevamos por dentro

El cuerpo humano es una maravilla de la naturaleza, un universo contenido en ciento setenta y pico de centímetros (perdón por generalizar, pero esa debe ser la estatura promedio de un Homo Sapiens en el 2009). Tenemos una infinidad de glándulas, hormonas, y órganos que nos hacen sentir, respirar vivir y ser de alguna u otra forma. Además de eso estamos compuestos de una infinidad de átomos, partículas y demás entidades microscópicas que quizás aún no conozcamos completamente.

Un GPS (global positioning system por sus siglas en íngles, el sistema de posicionamiento global) es un pequeño dispositivo creado por la armada americana, para sincronizar el posicionamiento geográfico de algún aparato en el planeta tierra mediante satélites que orbitan el planeta de forma continua en la estratósfera.

Hoy en día, todo tiene un chip de rastreo satelital, desde el celular, el taxi, el camión de la basura, el mouse encima de tu escritorio hasta llegando a ridiculizar el sistema como para ponerlo en la ropa interior de las parejas para saber donde andan a toda hora.

Sin embargo, el primer GPS lo tenemos los humanos, y precisamente tenemos uno en el colon y otro en el esfínter y a continuación les explico por qué.

Son las 2 de la tarde, y te entra como un sueño después de comer opíparamente esas paticas de cochino con caraotas refritas, carne mechada y un jugo de lechosa. Te comiste luego de postre una marquesa de chocolate y estas lleno. Sientes como toda tu sangre se desvía a tu sistema digestivo para procesar la ingesta desmedida del mediodía en la reunión con el jefe.

Hay que trabajar y bueno ya que se hace. todos menos tu y el mensajero están fuera de la oficina, estas light, te tomas el Nestea que compró la contadora ayer por que tenía sed. Y agarraste una galletica de soda con mermelada porque te provocó. Cuando el reloj marca las cinco, todos salen, marcas el ascensor, tu jefe se despide de ti, le dices que le vaya bien, te montas en el carro y tu GPS se activa instantaneamente.

Te entran unas ganas de ir a lanzar unos leños incontenibles, respiras profundo y tu cerebro en conjunción empieza a calcular la ruta más corta para la casa. Buscas los caminos verdes y empieza la odísea.


Sales del estacionamiento y mientras vas por sótano 2, hay una señora pequeñita en una camioneta extremadamente grande que le está costando salir del puesto y colapsa el paso. Cruel destino, tu GPS interno lanza una alerta que recorre toda tu espina dorsal hasta alcanzar tu nuca y un escalofrío te recorre de pies a cabeza.

La señora por fin maniobra su súper camioneta y pagas tu ticket el cual, convenientemente, se pierde en tu carro. Sales a la luz del día y la cola infernal caraqueña promueve que tu GPS interno exclame cual maquina garmin el siguiente mensaje que sólo tú eres capaz de escuchar:

"Recalculando ruta"

Dios y la virgen te amparen, por fin piensas en una ruta aún más corta y te metes por ahí como alma que lleva el diablo. Tú GPS interno anuncia: "Mcdonalds, 150 mts". Ignoras la sugerencia y continuas tu camino, cuando al cruzar a la derecha sientes que hay algo que está mal, (no no es que te has hecho encima) es que el camión de la basura justamente va a retroceder para recolectar de un parque residencial.

El sudor frío te moja la espalda, ya es difícil mantenerse sin movimiento, mientras que el GPS vuelve anunciar "Su destino esta a: 400 mts" te entra la desesperación, ya no sabes que hacer, y todas las maticas y arbustos alrededor de la urbanización bailan a tu alrededor, sonriéndote, haciéndole señas a tú más profundo instinto cavernícola.

Por fin paras el carro en el puesto de estacionamiento, y tu GPS anuncia "Ha llegado a su destino" sales corriendo para el ascensor, marcas repetidamente el botón como si cada pulsación traerá al ascensor más rápido, empiezas la danza aborigen del me estoy haciendo, tu GPS interno empieza a lanzar señales de alerta por todas partes, y te aturde hasta el zumbido de las puertas al abrirse.

La puerta de tu casa súbitamente tiene demasiadas cerraduras, no abre lo suficientemente rápido, y es en este momento que el GPS toma control de tu cuerpo, sabe que está cerca de su objetivo, y empieza a lanzar toda su voluntad por liberar aquellos tamales de ayer que tan sabrosos estaban. tiras la puerta corres por el pasillo, casi te llevas unas copas que tiene tu esposa en el estante por el medio, abres la puerta, te sientas en la taza y tu GPS se desactiva, tu tortura acaba y sientes como el sudor corre tu frente mientras relajas todos tus músculos y piensas que la próxima vez deberías pararte en el mcdonalds y hacerle caso al dichoso GPS. Se veía limpiecito de hecho.

Y hay gente que se queja que lo consiguen en el blackberry donde esten...

Wednesday, September 2, 2009

Atizando las cenizas

Por fin me decidí a abrir esta cosa nuevamente y dedicarme a hacer una de las vainas que más me gusta hacer.


Escribir.


Ahora, Google abrió esta maraña y es editable. Será que me dedico a editarlo? No creo que me cueste mucho sería divertido intentarlo y continuar con la saga

Pronto publicare un montón de cosas que tengo en la cabeza y quizás más.